LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN NUEVAS TECNOLOGIAS APLICADAS A LA EDUCACIÓN

F.Javier Ballesta Pagán

Departamento de Currículum e Investigación Educativa

Area de Didáctica y Organización Escolar

Facultad de Educación

Universidad de Murcia

tf. 968-364019

fax. 968-364146

e-mail. pagan. fcu. um.es




1. Nuevas Tecnologías y Enseñanza: aspectos para su integración.

El tema de la formación de profesores en el ámbito de la Tecnología Educativa es una cuestión que tiene que ser asumida desde un planteamiento pedagógico que incida en cómo se desarrolla la enseñanza y desde dónde se enseña. Abordar una formación de docentes ajena al planteamiento curricular podría llevarnos a un desenfoque de la acción que se genera con el uso de medios y recursos tecnológicos. No obstante es importante reflexionar sobre los efectos sociales y usos cotidianos de las Nuevas Tecnologías para entender cómo son, desde dónde se posicionan y para qué se utilizan, aunque el para qué, qué y cuándo se utilicen esté abierto a un revisión constante. Este sería nuestro propósito al realizar esta comunicación que quiere reflexionar y aportar algunas ideas al tan traído tema de la formación del profesorado para el uso de medios tecnológicos.

En los últimos años mucho se viene escribiendo sobre el desarrollo de las Nuevas Tecnologías y el efecto que están generando en la sociedad. Las denominadas Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación se han convertido en un instrumento importante que están conformando la realidad que nos toca vivir y que tenemos que considerar desde muchas vertientes (sociales, económicas, pedagógicas, psicológicas, etc.). Estas nuevas herramientas, yo diría nuevos canales comunicativos, ofrecen posibilidades y realidades que están cambiando los hábitos de estar ante la información del ciudadano. La técnica nos presenta la posibilidad de la interactividad como fuente comunicativa entre individuos, pero a la vez y de forma simultánea hemos entrado en una dinámica de dificultades, aceleración y de dominio de una cultura ciberespacial que va más allá del hecho de estar delante de un ordenador o apretar el play del vídeo, diríamos que eso ya se ha pasado al plano de lo habitual y hoy son ya los satélites, las redes, los multimedia, en definitiva las telecomunicaciones los generadores de una multicomunicación que está suponiendo una profunda transformación en el concepto del aprendizaje y en la organización del trabajo, del tiempo, de la realidad espacial y de las costumbres y hábitos de estar y convivir entre las personas (Martínez, 1994).

Una de las finalidades de la educación es capacitar a los alumnos y alumnas para comprender , crear y participar en la cultura de su tiempo. Los nuevos medios suponen en ese ámbito una nueva forma de organizar, representar y codificar la realidad. El docente, a nivel de usuario y como profesional, no puede quedar ajeno a esta situación. Las tecnologías del aprendizaje representan una de las fuerzas renovadoras en los sistemas de enseñanza-aprendizaje y constituyen un elemento clave para el desarrollo de la educación y la formación; el único capaz de satisfacer la demanda de mayor flexibilidad a un número de ciudadanos creciente que está necesitando mejorar su capacidades, sobre todo las relacionadas con el empleo. En estos momentos no se conoce bien todavía cuál será la solución para el aprendizaje continuo a lo largo de toda la vida ( del Blanco,1994) lo que es seguro es que aunque la tecnología en sí misma no resuelve, cualquier solución futura tendrá que apoyarse de manera importante en los nuevos canales. Aprender es la más importante actividad de información y el apoyo al aprendizaje necesita en el futuro ser mucho más flexible tanto en la manera de presentar los contenidos, como en las facilidades de acceso, permitiendo la integración dentro de otras actividades, sea en el propio trabajo, o en el tiempo libre. Las implicaciones que tienen las nuevas tecnologías de la información para la enseñanza son evidentes. Buscar sentido al papel que tienen y podrían tener las Nuevas Tecnologías (NT) en lo educativo es una constante en los últimos años y desde este ámbito tiene sentido tratar el tema de la formación.

La primera reflexión que tenemos que hacer al tratar el tema de la formación tecnológica de los docentes está referida a cómo la institución escolar de cada país se plantea el tema de la integración de las tecnologías, dentro de sus posibilidades educativas, administrativas y culturales. En este sentido es preciso pensar, fundamentar y desarrollar un determinado modo de relación entre las nuevas tecnologías y la educación que bien podríamos calificar de integrador y por tanto, como no aditivo (Escudero, 1995).

Esta integración escolar de las nuevas tecnologías exige una línea de argumentación propiamente educativa, centrada en reflexionar y debatir sobre qué cuestiones ideológicas entran en juego al utilizar en la educación ciertos medios dentro de sus posibilidades educativas, administrativas, y culturales. El peligro que tenemos en el terreno educativo es que esa incorporación se deba más a una moda o a una presión de mercado que a una necesidad para el desarrollo de una tarea, con una finalidad y un para qué previamente delimitado. De ahí que ha de plantearse seriamente el tema de la formación de docentes en el uso de las NT, desde planteamientos pedagógicos que garanticen que estas herramientas se van a integrar en la realidad de los centros educativos. Aquí habría que reconocer que estamos a años luz de lo que se viene argumentando en las empresas. Los centros siguen anclados en rutinas y en planteamientos anti-tecnológicos y se ha puesto un énfasis desproporcionado entre docente-aula-asignatura y se ha dejado al azar el que en un centro se adquiera o no un compromiso real y firme con un trabajo sistemático que, gradualmente, incorpore las NT. Y siguiendo con este planteamiento introductorio al modo de entender la formación nos preguntamos: [[questiondown]]se puede abordar el tema de las nuevas tecnologías en la enseñanza como algo ajeno al planteamiento general de cambio educativo, de innovación en la enseñanza y de crear las condiciones para que se enseñe mejor? Me resulta difícil creer en ese supuesto. Si abordamos la cuestión como desde una perspectiva de las virtualidades del aula electrónica, por poner un ejemplo, como si se tratase de comprar o vender productos informáticos en redes de intercambio de ficheros y soft, sin entrar en el diseño y desarrollo de un planteamiento de mejora de la enseñanza podemos quedarnos con buenas ilustraciones y sustituir el bolígrafo por el diskette y la ventana a la calle por cien mil imágenes pirateadas desde un scanner .

Sinceramente el campo de la Tecnología Educativa, donde nos movemos al hablar de NT en la enseñanza, tiene otra vertiente, la ideológica, desde la cual nada es neutral, sino que habla de un mundo creado con intereses. La tecnología, tanto la máquina como el sistema, está ligada al modernismo y al progreso, nadie lo duda. De alguna manera, reconstruye la realidad desde su perspectiva, habiendo creado así un debate sobre la veracidad de lo que el medio reconstruye. Con el desarrollo actual en el campo del multimedia, tanto hardware como software, es necesario plantearse las implicaciones psicológicas, sociales y políticas de éstos; así como un enfoque adecuado que contribuya a que sus consecuencias favorezcan la democracia, la participación y la educación del ciudadano desde la actualidad como tema globalizador (Gonnet,1995).

La tecnología es más que una herramienta, es un medio con efectos sobre cómo pensamos e interactuamos con los demás y con las máquinas, controlando y limitando no sólo el discurso, sino también la naturaleza y el contenido de éste (Muffoletto, 1994).

El pensar sobre todos los medios de aprendizaje, metodológicos y contenidos como representaciones de ideas, añade otra dimensión a nuestro pensamiento sobre la Enseñanza-Formación-Tecnología: el cambio. Este siempre hace referencia a una diferencia. En educación, el cambio se considera como la respuesta a un problema identificado.

1.1.La falta de capacitación de los profesores

Uno de los aspectos fundamentales que hay que tener en cuenta es el referido a la relación entre la tecnología educativa y la capacitación del profesorado. Cuando la tecnología se introduce en el lugar de trabajo, éste se altera, cambia y con la enseñanza debería pasar lo mismo. Sin embargo no existe un paralelismo entre lo que se viene dando, a nivel de efectos laborales y de organización flexible, entre determinadas empresas y lo que ocurre en el mundo de la educación. El tema es distinto,complejo, cargado de variables y de interrogantes. El profesorado no se opone, en principio a la implantación de tecnologías; sin embargo las dificultades surgen cuando no se sienten formados. La mayoría de las veces la falta de tiempo para la preparación y la escasez de conocimientos suficientes para la creación de programas propios dejarse en manos de lo que ya está comercializado y muchas veces no se adapta enteramente a sus necesidades. De igual modo tiene que apoyarse en terceros que le indiquen qué hacer y cómo hacerlo.

Existe un creciente interés en las consecuencias de la tecnología y su papel dentro de la escuela. La tecnología de los ordenadores, por ejemplo, fue parte integrante en el debate sobre la educación americana a principio de los ochenta, basta recordar aquellos titulares relacionados con la computer-manía, los Micro-niños, el ordenador como "hombre del año" en 1982. Sin embargo el empuje original para introducir el ordenador en el aula ha sido reconocido como un auténtico fracaso justificado por los grandes costos, el pobre diseño de software educativo y la falta de capacitación de los profesores en el uso de este nuevo medio.

Aunque las tecnologías modernas están introduciéndose en clase los procesos de crecimiento han sido aletargados. La tecnología puede ser una forma de atraer la atención del alumno hacia el aprendizaje. Los nuevos componentes les animan a aprender y una de las causas de su fracaso es que se quiso implantar de pronto. Hoy se habla de reformar, reestructurar de abajo a arriba, desde lo más simple a lo más complejo y para ello la implantación de cualquier tecnología debería estar muy relacionada con la organización de la Escuela. Cada vez más se piensa en la idea de que la tecnología mostrará, facilitará y demandará una visión más constructivista de la enseñanza y del aprendizaje, y que su penetración en la sociedad no puede ser ignorada por más tiempo. Se habla de capacidad de transformar la relación entre profesor-alumno e incluso cambiar la imagen de un centro educativo (David, 1991).

Desde mediados de los ochenta se vienen realizando estudios sobre el ímpacto de los nuevos instrumentos tecnológicos en la educación. En 1989, el International Busines Machines Corporation (Summers, 1990) al tratar esta cuestión vieron cómo éstos eran conscientes de la revolución de los ordenadores para la educación, pero una mayoría igualmente creyeron que ellos estaban menos preparados para el manejo de ordenadores que sus alumnos. Además el 59% de los docentes reconocieron que estaban inadecuadamente preparados para el uso de ordenadores. Similares estudios fueron realizados en diferentes países europeos (Francia e Inlaterra) y todos coincidieron en el uso de la tecnología del ordenaror un auténtico desafío en la actuación, ya que se hacía imprescinsible para perfeccionar la calidad del aprendizaje de los estudiantes. Ahora bien, en todos ellos se constataba una preocupación de los docentes por tal desafío y un clima de desasosiego sobre qué hacer.



2. La formación del profesorado: Significado y alcance

Sin duda, la asignatura pendiente del planteamiento tecnológico en la enseñanza sigue siendo la formación de docentes en tecnologías de la comunicación y no abundan demasiadas aportaciones sobre el particular. Nuestro interés será recoger y sintentizar algunas reflexiones realizadas en nuestro contexto y desde aquí plantear algunas perspectivas, a modo de sugerencias para tomar postura e incidir en estas cuestiones.

Cuando hoy hablamos de NT y formación de profesorado no podemos caer en un reduccionismo que nos lleve a entender el ámbito de la formación tecnológica como aquél que está exclusivamente referido al uso de aparatos con finalidades instrumentales para dominar técnicas y por derivación caer en lo escolar. La acción docente no puede reducirse al dominio instrumental exclusivamente, ya que tiene sentido siempre que esté acompañado de propuestas de trabajo donde los medios sean parte del proyecto global de enseñanza-aprendizaje que se desarrolle en determinados contextos. En definitiva, al tratar el tema de la formación en recursos tecnológicos, en nuevos medios, en tecnología educativa estamos refiriéndonos ni más ni menos a una formación en los usos de los medios de enseñanza que nos llevaría a aceptar y a posicionarnos en alguna de estas vertientes: uso transmisor /reproductor, práctico/ situacional y crítico/transformador (Bautista,1994), pero que no voy a desarrollar.

Podría parecer que en la actualidad cuando las NT están cambiando nuestros hábitos y fomentando el contacto intersujeto-máquina el docente pase a un segundo plano. De siempre se ha mantenido que los docentes cuenten con una sólida capacitación psicoeducativa y nadie lo ha puesto en duda, ahora bien en la era tecnológica los nuevos mediadores deben integrarse y potenciar los procesos de aprendizaje. Nos encontramos con un mapa más complejo, donde los interfaces son imprescindibles y la forma de malla nos demuestra que existen más opciones, elecciones entre máquina-discente, denominada por una comunicación más estable, generada con una igualdad en cuanto a la relación personal. Ante este hecho el profesor hoy más que nunca es facilitador del aprendizaje y un docente debe preparar oportunidades de aprendizaje para sus alumnos. En este sentido es fundamental que el profesor estimule el deseo de aprender de los alumnos, sepa fomentar el interés y la participación y a la vez tendrá que guiar el proceso de aprendizaje para que exista una actuación frente al grupo-individuo-mediadores que se adapte a las necesidades personales y se mantenga el nivel motivacional. El profesor ha sido tradicionalmente maestro del lenguaje oral y escrito, además hoy se le pide que lo sea del icónico, del informático y de una segunda lengua. Estos nuevos lenguajes, nuevas funciones y nuevas demandas se han convertido en una exigencia que va más allá de una determinada preferencia del docente por estos temas. Nos encontramos en un mundo tecnológico que le pide al profesor saber utilizar otras formas de comunicación que pasan por un dominio del lenguaje de la imagen, para potenciar el aprendizaje.

De igual modo al abordar cómo, porqué y cuándo incorporar los inuevos medios de comunicación en mi opinión se deberían asumir desde un planteamiento referencial y genérico sobre cómo incorporamos una Educación en materia de comunicación. Entramos así en un campo donde tenemos que formarnos en el contenido y en la manera de abordar estos instrumentos. Por ello no es suficiente el saber el contenido de la materia para enseñar bien. La cuestión se complica y se nos plantean nuevas destrezas, caminos , estilos para enseñar reconociendo que es fundamental el cómo enseñar a los alumnos a tener un juicio crítico ante los medios de comunicación de masas con fines educativos, donde se encuentran los soportes NT de la comunicación. El ordenador, por ejemplo, se ha convertido en un instrumento de comunicación, en un mediador para la comunicación entre usuarios, redes, personas, programas...[[exclamdown]]qué lejos aquella visión de ser experto en programación en basic, en logo, o determinadas aplicaciones informáticas que exigían tanto dominio[[exclamdown]]



3 . Referentes para una formación en N.T

Hablar de profesionalización, formación inicial, permanente o perfeccionamiento de los docentes pasa sin duda por entender y comprender desde dónde construimos la enseñanza. Por ello no se puede desarrollar un tema referido a la formación de los docentes en N.Tecnologías si sin tener en cuenta los modelos de enseñanza-aprendizaje del profesor. Según se entienda la función y el desarrollo de la enseñanza estaremos predispuestos a desarrollar un determinado tipo de formación.

Al tratar los significados de enseñanza-formación nos podemos centrar en: trasmisión cultural, entrenamiento de destrezas, mejora del desarrollo práctico, indagación de un enfoque transformador que posibilite un cambio. Medina y Domínguez (1995) plantean que según sea esa concepción que tomemos se puede argumentar un modelo proceso-producto (conductista), mediacional (cognitivista, pensamiento del profesor) y el denominado de formación en/del centro o colaborativo. No voy a entrar en comparar ni profundizar en los tres paradigmas, ya que no es objeto de este trabajo pero considero importante comentar algunas ideas que a mi modo de ver pueden incidir en un desarrollo de otras cuestiones que tienen interés para diseñar el trabajo formativo en las NT.

En la actualidad parece que está en desuso, descalificado o poco estimado el movimiento psicológico conductista que pone el énfasis en la identificación y el control de actuaciones de los profesores en el aula, ya que hay una separación entre la realidad de lo que se enseña, la intencionalidad y lo que se aprende. No obstante el modelo de competencias que ha sido uno de los más consolidades para analizar la actuación del profesor en el aula ha servido para descubir las competencias más adecuadas que el profesor ha de asimilar para desarrollar su enseñanza, seleccionar los medios, planificar y aplicar los instrumentos y procesos de evaluación adecuados. Desde este modelo el profesor debería recibir un repertorio de buenas recetas para ponerlas en práctica logrando y afianzando la capacidad de actuación mediante ejercicios, ensayos y puestas en escenas que repitan estas propuestas. [[questiondown]]Se podría argumentar todo un andamiaje formativo basado en este modelo?

Desde otro paradigma, el denominado "pensamiento del profesor" se reivindica la amplitud de aproximaciones al estudio del pensamiento del profesor y al conocimiento profesional reinvidicando el valor de lo que se ha denominado el conocimiento práctico. La reconceptuialización de la enseñanza, como actividad profesional de los docentes intenta clarificar una serie de claves fundamentales como "saber comunicar a sus alumnos los conceptos, teorías y conocimientos, en general, que posee el profesor", "descubrir con los alumnos los problemas básicos que el grupo vive y desde ellos organizar su currículum y actuar", esta forma de indagar y a la vez investigar nos acerca a la valoración de la práctica en el aula y en el centro como un aprendizaje experiencial. La construcción de teoría apoyada en la práctica indagadora es una perspectiva de gran impacto en la concepción de la enseñanza. Los trabajos de Yinger (1986), Calderhead (1991), Peterson y Clark (1990) han aportado modelos y procesos que describen los fundamentos del paradigma.

Por último, se viene hablando desde hace algunos años del paradigma de formación en el centro, como práctica colaborativa basado en el respeto a la autonomía curricular de los profesores, a la realización del diseño y desarrollo curicular (Mash, Day y colaboradores, 1990). Desde esta perspectiva, la "colaboración" se convierte en un marco riguroso que da sentido a la Formación de los docentes ( Escudero, 1992). Para ello el centro escolar tiene que convertirse en un foco de acción-reflexión-acción, como unidad de cambio y se estructura un proceso complejo que implique a los profesionales que desarrollan su trabajo en condiciones espacio-temporales que posibilitan que aprendan unos de otros. La formación colaborativa en el centro es un marco innovador que facilita la profesión de los docentes en el desarrollo de su trabajo.

Respecto al tipo de uso que se ha venido haciendo de los medios en la formación de docentes ha predominado un uso transmisor-reproductor que hemos apreciado en la propuesta de modelos de análisis de situaciones ejemplares para su imitación que como ejemplos se deberían imitar. Este uso para la aplicación, el ejercicio, la receta standar dió como resultado un determinado uso y desarrollo de Medios audiovisuales (MAVS). Este tipo de formación tiene como fin reproducir rasgos relevantes del comportamiento de profesores "modelos" que se consideran necesarios para desarrollar una enseñanza de calidad. Sin embargo hay que decir que se olvida la multitud de variables que intevienen en las situaciones. Por lo tanto es necesario identificar las dificultades que se producen en nuestras aulas y en los centros educativos,a para poder formar al profesional que se encuentra alli.

El tipo de uso crítico de los recursos tecnológicos, denominado transformador considera a los alumnos y profesores como seres análiticos, reflexivos, constructores y transformadores de prácticas e informaciones que llegan al aula. Estos usos críticos son alternativos a los propugnados por el planteamiento reproductor que nos presentan las casas comerciales, la propia administración y los representantes de los poderes económicos.

El modelo basado en una formación colaborativa valora el uso crítico de la información, el significado de una determinada adopción de los medios y sus implicaciones iría fundamentado en un trabajo más allá de la aplicación para un determinado contenido y tendría sentido dentro de una consideración del profesor como intelectual reflexivo y crítico con los productos informativos. Desde esta visión los medios son herramientas valiosas para la búsqueda de la autonomía, la crítica, la verdad y la pluralidad como requisito para una formación en materia de comunicación.



4. Objetivos y contenidos de la formación

Al hablar de la preparación tecnológica del docente Medina (1989) se señalan tres aspectos fundamentales que justificaría la necesidad de una formacíon del profesorado en este ámbito:

a) Mejorar su interpretación y concepción tecnológica de la enseñanza desde el protagonismo reflexivo del profesor como generador de currículum y estilos de enseñanza.

b) Alcanzar una concepción tecnológica apoyada en una fundamentación científica del proceso enseñanza-aprendizaje y en la actualización artístico-reflexiva en el aula.

c) Gestionar y organizar los medios en el aula y en le centro. Aquí habría que entrar en dinámicas de colaboración y reparto de responsabilidades en equipos de profesores.

La labor de planificación de actividades supone integrar aspectos puramente formales con aquellos que están directamente relacionados con los vivenciales y culturales (creencias, opiniones, expectativas) basados en la experiencia acumulada de los docentes y a las que la investigación ayuda a explicitar y a validar. En este sentido cualquier modelo de trabajo en relación a una formación del profesorado en Tecnología debería tener en cuenta:

a) El sujeto de formación, el docente, es un profesional que se mueve en un contexto de toma de decisiones y que opta por una modalidad de formación según el grado de adecuación a su práctica real. Desde ahí la utilidad de una propuesta irá vinculada al grado de implicación del docente.

b) Urge elaborar diseños de formación, en base a modelos curriculares que desarrollen un contenido formativo adaptado a las circunstancias, intereses de profesores y alumnos y expectativas de la propia comunidad educativa.

c) El proceso de formación debe entenderse como un ciclo largo donde intervienen muchos agentes y variables, así como favorecerá la creación de una cultura que posibilite el cambio educativo.

Algunas de las experiencias formadoras realizadas en nuestro contexto en NT han sido fruto de una planificación prescriptiva y ajena a un desarrollo de prácticas innovadoras en el aula. El modelo de prácticas con medios, en la mayoría de los casos se han convertido en el dominio de una destreza, de un conocimiento técnico, de la urgencia de conocer un determinado programa informático- por ejemplo- pero ante ésto el docente no ha sido formado en lo más importante: cómo desarrollar un trabajo con ese medio para lograr una mejora en el aprendizaje del alumno. La formación en el uso integrado de los medios tecnológicos y su desarrollo curricular no ha sido objeto prioritario a la hora de adoptar decisiones sobre políticas de formación tecnológica del profesorado.

En varios países, los programas han dedicado la mayor parte de sus recursos a la adquisición de ordenadores, programas y , finalmente, a la formación de los docentes. Aunque actualmente este orden tiende a invertirse, la situación sigue siendo crítica.

Por un lado hay que afirmar que tanto en el caso de Inglaterra como en España la formación de profesores ha estado dominada por enfoques tecnológicos que por su propia naturaleza tienden a marginar aquellos otros que razonablemente habrían de ser más pedagógicos (Escudero, 1995). Esta ausencia también se ha constatado en el caso francés ( Gardner y Salters,1992) donde una parte del programa IPT generado en 1985 se centró en una organización de cursos durante meses para, de forma intensiva, instruir a los profesores en una serie de objetivos como la adquisición de habilidades en el manejo de hardware y software, el conocimiento del uso de software educativo que sirva para la enseñanza de determinadas materiales y desarrollar temas de aplicación de las nuevas tecnologías en el aula.

A la hora de tratar el tema de los contenidos de formación en NT deberíamos apuntar algunas ideas fundamentales relacionadas con el terreno educativo. A este respecto sería ilustrativo recordar cuales son las funciones más significativos de éstas en el ámbito de la enseñanza como señala Martínez (1995) y tratándolas de simplificar las concreta en: las NT como contenido en sí mismas, Instrumento de trabajo, medios de comunicación y didácticos y canales de comunicación.

Las NT conforman un campo de conocimiento que trasciende el hecho instrumental (técnico) y representan de hecho un ámbito cultural, social y tecnológico relevante y prioritario en la formación del ciudadano. Por un lado existiría una presencia en contenidos, como objeto en sí mismo. Además, y ésta es sobre la que se ha realizado un mayor objeto de formación, es la referida al concepto de instrumentalización, llámese herramientas de trabajo, medios para mostrar la realidad, etc. Sin duda, aquí habría que plantear cuestiones referidas a las posibilidades de las NT como medios para expresar y comunicar, trasladar información en el espacio y en el tiempo. Dentro del ámbito de la Pedagogía estaría justificado una formación para el uso de las NT como vehiculadores de la comunicación social, grupal, personal, didáctica. Esta formación para la incorporación de tecnologías en procesos comunicativos pretende optimizar el desarrollo curricular.

Es importante planificar los contenidos de formación para el uso de los recursos tecnológicos, de ahí que un primer paso consistirá en diseñar y desarrollar un modelo que concrete el nivel de uso de los medios y que incluiría una serie de descriptores:

                                                 

La formación estaría basada en contextos de desarrollo profesional, desde el análisis de variedad de situaciones pedagógicas y definiendo necesidades. En base a ello se argumentará una elección de materiales y programas, adquisición de soportes , posibilidades de producción y optimización de los modos de cooperación local-nacional-internacional.



5. Estrategias de formación de docentes

A pesar de la necesidad de preparar a los nuevos docentes para el uso de la tecnología en casi todos los países no se ha podido aún incorporar para dicha preparación como parte obligatoria de la formación previa al servicio. No voy a a entrar en el tema de la formación inicial del profesorado, ya que en otros momentos lo hemos hecho (Ballesta, 1993) y en la actualidad no creo que haya que plantearla de forma distinta, en cuanto a contenidos, de la que se debe realizar en la denominada permanente. Una parte esencial de los programas tecnológicos para adoptar el uso de medios, principalmente informáticos, han estado diseñados desde las administraciones para que sirvan para que los profesores conozcan las virtualidades del medio en cuestión y dejando para una segunda parte todo lo relativo al planteamiento metodológico de la integración de ese medio en el contenido curricular. El principal problema que observamos en formación del Programa de Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación ( PNTIC) ha sido el referido a la contradicción existente entre la organización de contenidos y el modelo de uso de las tecnologías (Ballesta, 1994) . Este nivel de formación técnica, transmisora, no asegura su correspondencia con una mejora de la calidad de la enseñanza tal como se desprenden de los informes de evaluación de la fase exploratoria (PNTIC, 1989) y de las ideas apuntadas por su autor ( Escudero, 1992b) en diversas ocasiones.

A grandes rasgos las estrategias que se han llevado en diferentes países para la formación en el servicio como apuntaba Duguet (1990) se centraron en familiarizar a los docentes con la tecnología de la informática y de la comunicación (por ejemplo; prepararlos para el manejo de un ordenador, un modem y a la vez organizar el uso de esos medios en la clase). Esa formación, más hacia una capacitación en cursos presenciales con monitores expertos ha sido insuficente para satisfacer las necesidades nuevas y más esenciales, como las que atañen a la formación de los docentes en los usos pedagógicos de las NT. Muy pocos profesores han recibido este tipo avanzado de formación en el servicio y la transmisión de la formación recibida ha sido deficiente. Este modelo concebido como "en cascada" ha sido uno de los favoritos de los políticos, pero quizás no sea el mejor en cuanto a los resultados obtenidos. Se ha comprobado que la formación realizada es compleja y costosa de organizar debido, por ejemplo, a la falta de tiempo de los docentes, a la escasez de los formadores y se sabe muy poco sobre cómo aprenden esos profesores cuando se desarrollan esas sesiones de formación.

En algunos países han aparecido otras modalidades que buscan una potenciación del aula, de la investigación con el grupo clase y del conocimiento de "buenas prácticas" prueba de ello ha sido valorar la estrategia pedagógica por encima de la preparación intensiva o monográfica sobre un determinado recurso tecnológico. Esta idea de considerar a los docentes como investigadores que trabajan en sus clases para analizar los efectos reales de los distintos conjuntos de programas y que experimentan con medios alternativos en colaboración con universidades e institutos pedagógicos.

En Francia, hace algunos años el informe De Felice realizado en 1987 y del que tratan Gardner y Salters (1991) observó una carencia general sobre la visión y coherencia en la forma de utilizar las NT que estaba en relación por la cantidad de formación recibida por los profesores y sus usos concluyendo que sin una formación previa el profesorado no usaría el software educativo. De ahí que el interés fue la elaboración de "buenas prácticas" avaladas por las Academias participantes e incluyeron un número de estrategias de servicio similares a las adaptadas en el Reino Unido. Este esquema formativo se focalizó en:

En la conjución de intereses y propuestas entre una modalidad de formación, generada de una política curricular que favorezca un determinado uso de los medios tecnológicos en el currículom, y las estrategias formativas que se lleven en los propios centros encontraremos respuesta a cómo entender la formación del docente. En este sentido, deberíamos tratar el tema de la planificación del desarrollo profesional docente en NT (Villar, 1993) que pasa por una puesta en práctica de una serie de decisiones que van desde:

Por último, quisiera apuntar que cualquier modelo de formación en el uso de las Nuevas Tecnologías debe estar centrado en la práctica educativa y destinado a su comprensión y mejora. La evaluación tiene sentido en la medida que favorezca el cambio de las propuestas y del desarrollo de actividades que impliquen la colaboración de los docentes. Aunque las Nuevas Tecnologías se utilicen en la educación, aún queda mucho por hacer y son muchas las cuestiones que exigen respuestas y clarificaciones previas que, sin duda, influirán en el modelo formativo que se adopte.



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