Francisco Martínez.
Universidad de Murcia.
No entraré en las posibilidades y desarrollos actuales de las redes en nuestro campos de interés, sólo haré, a título de introducción, una pequeña reflexión sobre algunos problemas que las redes de comunicación, en su desarrollo dentro de la enseñanza, puede hacer aflorar o aumentar y que, bueno sería, comenzásemos a tratar de dar respuesta a los mismos antes de que tengamos que aceptarlos como consecuencias inevitables.
Si nos remontamos un poco en la historia, podemos ver, como los cambios tecnológicos significativos han supuesto siempre cambios de la sociedad en la que se han enmarcado. Estos cambios sociales, que han sido consecuencia de la inserción en sus diferentes estructuras de las correspondientes tecnologías, se han realizado con un desarrollo en el tiempo acorde con el tiempo que tardó en desarrollarse la tecnología.
Si observamos con cierto detenimiento, fijando nuestra atención en el factor tiempo de las "revoluciones" tecnológicas, podemos ver que el tiempo requerido para su implantación social ha ido disminuyendo. Cada avance tecnológico ha requerido menos tiempo que el anterior, tanto para su desarrollo como para su implantación social.
Buena parte de la justificación de este hecho debe estar en el cambio significativo, que en el campo del conocimiento, supuso el anteponer el conocimiento científico al desarrollo técnico y que se implantó con la Ilustración.
Este hecho, unido a que cada avance ha supuesto el poder dar el salto siguiente y cada vez un salto mas largo, hace que en estos momentos el desarrollo tecnológico haya alcanzado una velocidad exponencial, lo que dificulta poder planificar para el futuro, cuando este futuro no es fácil de definir. Prueba de ello es el hecho de que previsiones realizadas hace no mucho tiempo, sobre como deberíamos estar en este momento, prácticamente, no "han acertado una", en tanto que la implantacion de tecnológicas anteriores han generado menos problemas, siendo menor en la medida en que retrocedemos en la historia, ya que las sociedades tenían tiempo de adaptarse a la incorporación de la tecnología y podían definir y prever, con bastante precisión, las implicaciones que dicha incorporación tendría.
Pero regresemos al momento presente.
Nos encontramos ante una transición tecnológica diferentes de las anteriores, ya que no sólo afecta a la naturaleza y amplitud de la misma sino a su velocidad y dificultad de previsión de consecuencias. Esta transición supone un desafío para nuestra sociedad, desafío que a juicio de MONEO (1.995) "sólo puede ser vencido mediante dos armas complementarias, la capacidad de previsión y la capacidad de adaptación", si bien añade a modo de aviso que "en ninguna de las cuales ha destacado Europa frente a sus competidores japoneses y americanos". (92).
Si bien la segunda de ellas tiene que ver, significativamente con la tradición cultural, la primera debe ponerse en relación, entre otras cosas, con la formación de los ciudadanos, tanto de las nuevas generaciones, como de aquellas otras que, estando formando parte del tejido productivo en el momento presente, deben estar en condiciones formativas para hacer un desempeño diferente de sus funciones o de su labor. Esta necesidad dista de ser una realidad en nuestro entorno.
Pero mientras reflexionamos sobre estas cuestiones generales y, deseablemente previas a la acción tecnológica, las nuevas tecnologías de la comunicación y la información(N.T.C.I.) van adquiriendo carta de naturaleza en nuestra sociedad, imponiendo criterios, formas de actuar y creando nuevas realidades comunicativas que están configurando nuevas realidades sociales.
Dado que la comunicación es un acto humano, que está presente en la práctica totalidad de nuestras acciones y que a la vez, es la condición indispensable para que pueda darse cualquier actuación que influya en dicho proceso comunicativo, cualquier avance en el ámbito de la comunicación, repercute directamente, en la sociedad en la que el grupo humano se enmarca.
Trataré de centrarme en algunos aspectos que tienen que ver con la enseñanza y que están siendo alterados por estas tecnologías sin que, quienes nos dedicamos a este menester, hayamos sido aun capaces de definir, diseñar y desarrollar, las imprescindibles condiciones previas que permitan hacer una integración de la tecnología en base a necesidades curriculares sentidas y no a presiones extraescolares.
Me centraré en las nuevas redes de comunicación, tanto como sistema nervioso que permite la integración del resto de tecnologías, como sistema de comunicación en sí mismo.
Recientemente decía WOLF (1995) que con las nuevas redes de comunicación se podrá <<formar comunidades surgidas no de los caprichos de la geografía o al albur de las fronteras sino del hecho de compartir libremente intereses y gustos>>, y que si bien ello <<puede suponer un paso adelante con respecto a los vínculos creados por las raíces, con toda seguridad también plantea a las instituciones (culturales, de socialización, políticas, etc.) algunos problemas suplementarios>>.
Los que habían sido los elementos que han configurado los grupos sociales, la geografía y con ella la historia y como consecuencia la cultura, se rompen, o al menos dejan de ser significativos y se hace posible la aparición de grupos basados en principios e intereses personales, más allá de la realidad cultural en la que viven físicamente. Este nuevo modelo de agrupamiento comunicativo comporta nuevas situaciones en todos las facetas del quehacer humano, en los que la comunicación será el elemento primordial.
La enseñanza se nos aparece, en este contexto, como una de las acciones humanas en las que las nuevas tecnologías (N.T.) de la comunicación pueden tener o mejor están teniendo, una importante repercusión y ello sin que haya habido un desarrollo paralelo de trabajos que permitan, en estos momentos, lograr una integración no traumática y basada en criterios pedagógicos desarrollados acordes con las peculiaridades comunicativos de las N.T..
Si desarrollásemos una panorámica en la que se nos mostrase en paralelo las posibilidades de los nuevos canales y la realidad de la enseñanza, podríamos descubrir una serie de problemas en los que deberíamos detenernos para intentar conocerlos con la suficiente profundidad y, tras ese conocimiento, tratar de dar alguna respuesta.
He agrupado algunos de estos problemas en relación con diferentes aspectos que, directa o indirectamente, tienen que ver con la enseñanza.
- Con relación a la oferta.
- Con relación a la metodología.
- Con relación al negocio.
En la enseñanza, el espacio, ha sido y aún hoy sigue siendo una variable significativa, dando incluso lugar a que se hable de diferentes tipos enseñanza en función del espacio físico que separa al emisor y al receptor. Así hablamos de enseñanza presencial o enseñanza a distancia, comportando cada una de ellas metodologías y sistemas organizativos diferentes.
Las nuevas redes de comunicación, entre otras peculiaridades, reducen, o quizás sería más correcto decir eliminan, en tanto en cuanto que dimensión física, la distancia entre emisor y receptor, permitiendo una interacción comunicativa prácticamente presencial.
Si bien algunas posibilidades de la coincidencia espacial entre emisor y receptor son por ahora irrealizables, el hecho real es que la comunicación por medio de las nuevas redes eliminan, en la enseñanza a distancia, muchos de los problemas derivados de la distancia física entre profesor y alumnos, dando lugar a un nuevo tipo de enseñanza que se comienza a denominar como teleenseñanza, teleeducación, etc. sin que aún exista una conceptualización terminológica muy precisa.
El espacio comunicativo se nos transforma así en un "no lugar" donde, las magnitudes físicas que lo configuraban anteriormente, no han de ser tenidas en consideración, obligándonos a movernos en lo que ya se denomina de forma generalizada como ciberespacio.
Los diferentes sistemas educativos se han ocupado de desarrollar capacidades que permitiesen el establecimiento de procesos de comunicación dentro de los espacios físicos convencionales. La aparición de la nueva realidad no física, debería obligar a alterar los criterios que venían siendo válidos y considerar, la situación actual, como otra alternativa comunicativa para la que es necesario desarrollar también ciertas capacidades, a la par que encontrar los sistemas, códigos y convencionalismos comunicativos adecuados, evitando trasladar sin más los criterios utilizados en las situaciones anteriores.
Decía más arriba, recogiendo la opinión de Wolf, que las nuevas redes de comunicación establecen unos agrupamientos humanos que nada tienen que ver con los criterios geográficos.
Si avanzamos un poco más en esta idea, podemos establecer que estos agrupamientos, significan también que los elementos culturales, en tanto en cuanto definidores de un grupo humano concreto, también son superados por estos nuevos medios, suponiendo una superposición, sobre la cultura propia de cada uno de los elementos humanos que la configuran, la cultura que conlleva el nuevo grupo comunicativo, la cual viene impuesta por la singularidad técnica de los canales que permiten su creación.
En este sentido añade WOLF (1.995); "Paradójicamente, nos encontramos frente a un instrumento de comunicación que pone en común (tomando el verbo en su sentido etimológico), pero que lo hace siguiendo unos parámetros nuevos que, de modo harto complejo, quitan peso y valor a lo que se tiene en común a nivel constitutivo (una patria, una historia, una cultura, un conjunto de valores)"(102).
Los elementos culturales propios dejan paso a unos nuevos que vienen impuestos por la propia tecnología y quienes la controlan, o mejor, quienes marcan, en el primer momento de su incorporación a la sociedad, los criterios que serán válidos, y por tanto los significados y en definitiva los elementos culturales que definirán el nuevo espacio comunicativo.
Esta situación, unida al hecho de que los interlocutores no precisan, para entrar en el ciberespacio comunicativo, abandonar físicamente su realidad cultural histórica, establece una situación singular en la que es necesario compaginar dos culturas totalmente diferentes, cuando no contrarias, teniendo que ser capaz de convivir, de forma simultánea, con ambas.
Si aceptamos que los sistemas escolares mantienen una muy estrecha dependencia de la realidad cultural en la que se desarrollan, debemos aceptar que la incorporación de los nuevos canales de comunicación no debe ser contemplado como algo anecdótico y que es equiparable a lo que ha sucedido a lo largo de la historia con la integración curricular de cualquier otro medio, si bien en esta ocasión, estamos ante una situación en la que el medio es medio y canal, espacio comunicativo, transmisor de valores y significados y el "lugar" donde se construye el conocimiento científico actual, imponiendo en definitiva su cultura de forma autónoma y sin poder ser controlada por el profesor tradicional.
Con lo expuesto no pretendo decir que estemos ante una situación "peligrosa" para lo que podríamos denominar como pedagogía tradicional. Lo único que pretendo es alertar sobre la necesidad de preparar a los usuarios de estas redes, en definitiva a nuestros actuales alumnos, para que puedan convivir con ellas y ser capaces de superar la problemática cultural en la que se encontrarán.
El concepto de espacio, que he utilizado en tanto en cuanto dimensión física, puede servirnos también para significar entornos con un desarrollo económico y tecnológico próximo.
El interés de referirme a este aspectos de la sociedad radica en el hecho de que estos dos factores, nivel económico y tecnológico, son determinantes de la posibilidad de un grupo social de acceder a las últimas tecnologías de la comunicación
El Presidente del capítulo español del club de Roma decía recientemente que, "las nuevas tecnologías son el segmento más visible y debatido de la actual mutación tecnológica, y el fenómeno esencial que ahí se está produciendo es el de una fuerte concentración de la generación y difusión de las nuevas tecnologías en unas cuantas zonas dentro de un pequeño número de paises. (MONEO 1.995-90).
La disponibilidad o no de las N.T.C.I. están propiciando la aparición de dos grupos de paises en términos generales, pero realmente se trata mas bien de grupos humanos concretos, los cuales se distancian del resto a una velocidad exponencial, y que pueden estar ubicados físicamente, tal como decía anteriormente, en cualquier lugar del planeta y cuyo nexo es la posibilidad económica y tecnológica para acceder a estas tecnologías.
Es, en comparación con el resto, un grupo reducido que marca los centros de interés de la humanidad.
La entrada en este grupo viene marcada por la posibilidad, tanto económica como tecnológica y de formación, para disponer de los mínimos que se han marcado como imprescindibles. Estos mínimos suelen estar ligados a los paises o a los grupos humanos como totalidad, pero también es posible, por la propia naturaleza de estas tecnologías, que se contemplen a nivel individual, lo que hace que estemos ante una situación que establece un tipo de agrupamiento humano que depende, no del lugar en el que se vive sino de las posibilidades personales de acceso a estas tecnologías. Evidentemente el hecho de vivir en determinadas zonas del planeta favorece o desfavorece situarse en uno u otro grupo, pero ello no es el factor determinante.
Cualquier medio de comunicación, cualquier canal, debe contemplar los contenidos como elemento esencial de su función. En el caso de las N.T.C.I. los contenidos no son algo de valor añadido sino que son el verdadero valor, ya que son los que realmente favorecen el desarrollo social.
La información, tanto científica como económica, política, etc, permanentemente actualizada, unida a la posibilidad de participar activamente en la generación de la misma, es lo que da a las N.T.C.I. su verdadero poder, sin olvidar, claro esta, que ello lo hace posible la propia tecnología.
Añadiría un elemento más de reflexión sobre los contenidos que utilizan estas tecnologías. Me atrevería a decir que el conocimiento que proporcionan los contenidos de las N.T.C.I. no es el conocimiento actual, sino el conocimiento futuro, el conocimiento en su fase de gestación, ya que se accede a unos contenidos que no están construidos, que se construyen mientras se accede y se trabaja con ellos. Este hecho hace que no podamos hablar de disponibilidad de la información, sino, y creo que es más importante, poder colaborar al nacimiento de la futura información, eso sí dentro de las limitaciones impuestas por la cultura establecida en estos canales.
Con referencia a los contenidos y en su relación con la enseñanza podemos contemplan diferentes situaciones que me gustaría, al menos enunciar.
La desaparición de los condicionantes físicos impuestos por el espacio, a los que me he referido anteriormente, entramos en una situación en la que los contenidos pueden proceder, al menos teóricamente, de cualquier lugar e influir en otros completamente diferentes y/o distantes.
Evidentemente esto no es realmente así y sólo unos pocos paises están en condiciones de hacer una oferta de contenidos por medio de estas redes, lo que obliga que el resto esté bajo la influencia de unos pocos, algo que por otro lado ha sido una constante histórica que ahora se puede ver reforzada.
Los contenidos se emiten desde una determinada cultura, lo que significa unos determinados códigos que pueden ser interpretados de forma mas o menos uniforme por los receptores que comparten esa cultura. Pero esa cultura no se corresponde, tal como decía, con un espacio geográfico concreto sino más bien con un tipo de ciudadano que ha sido capaz de incorporar a sus conocimientos los códigos propios de estas tecnologías y del nivel de los contenidos que se presentan e independientemente de la realidad cultural del entorno humano desde donde actúa.
Para el resto de los grupos humanos aparece un problema que no se ha manifestado con anterioridad en la historia de la comunicación. Mensajes codificados desde una determinada cultura son recibidos y decodificados desde otra cultura, por tanto con otros convencionalismos comunicativos y con otros significados.
En contra de lo que podría parecer en una primera lectura, los contenidos transmitidos por medio de las N.T.C.I., antes que unificar a la sociedad, en la medida en que todos reciben los mismos mensajes, lo que propicia es la aparición de diferentes grupos en la medida en que no todos están en condiciones de obtener de ellos los mismos significados.
Aquellos grupos humanos que son capaces de abandonar, durante el proceso de recepción de los mensajes, la realidad cultural de su entorno y asumir la propia de las N.T., decodificará e interpretará con ventaja sobre aquellos otros que decodifican desde su propia cultura.
El distanciamiento ira aumentando permanentemente, ya que los primeros se alejarán cada vez más del resto y emplearan códigos cada vez más complejos.
En una sociedad en constante cambio obliga a una tambien constante necesidad de actualización de los conocimientos y no sólo de los iniciales, lo que es evidente, sino de aquellos otros que configuran la formación permanente.
La aparición de nuevas técnicas, de nuevas fronteras, de nuevas relaciones comerciales y sociales, etc. obliga a un permanente cambio en las formas de hacer de los diferentes profesionales.
Este hecho, que con otra "velocidad" más "humana"ha sido una constante en la historia de la humanidad, se presenta ahora con al menos dos peculiaridades significativas para nosotros en esta ocasión. La difusión de la nueva información se produce con una gran rapidez lo que hace que aquellos que no disponen de ella con esa misma rapidez rapidez quedan al margen del conocimiento y del avance en su campo profesional. El segundo aspecto tiene que ver con la posibilidad de acceder al nuevo conocimiento. El hecho de poder disponer de los últimos conocimientos obliga, profesionalmente, a disponer de ellos.
Si relacionamos todo lo dicho en este apartado no debe extrañarnos el hecho de que existan y que se multipliquen, especializandose cada vez mucho más, empresas que oferten, por medio de las N.T., la última información disponible en las más diversas profesiones, obligando aun mas a su conocimiento y uso profesional.
La lectura a la inversa de lo dicho permite pensar que el avance vendrá establecido por los diseñadores de los sistemas de formación que se diseminen por medio de las N.T., no tomándose en consideración aquellos avances que no se corresponda o no se ajuste a lo "establecido" por y desde estos medios.
La sociedad en su totalidad, también se puede y de hecho está influenciada por la oferta que se le hace, a nivel de formación, por medio de las N.T.C.I..
Contenidos relacionados con el desarrollo de la sociedad, en el sentido de ayudar a la mejora de las condiciones de vida, están teniendo una amplia presencia dentro de la oferta formativa de estos nuevos medios.
Nutrición, higiene, puericultura, alfabetización, se unen a bricolage, jardinería, animales de compañía, etc. y se ofrece a los ciudadanos un amplio espectro de conocimientos que se relacionan, tanto con necesidades evidentes y que tienen que ver con una mejora de las condiciones de vida, como con otras que tienen más que ver con el ocio o con las sociedades consumistas.
Este tipo de oferta de información y formación obliga a plantear la posibilidad de aparición de un grupo social, una pequeña porción de la humanidad, pero sin duda la más influyente, estandarizada desde la oferta y el acceso a la misma, pero estandarizada de acuerdo al modelo establecido por los emisores y que se corresponde, tanto unos como otros, con los paises tecnológicamente desarrollados.
La última posibilidad a la que quisiera hacer referencia etá en relación con decisiones personales y que si bien tiene que ver con todas las anteriores, la destacaría con una perspectiva diferente.
Las N.T.C.I. al ser contempladas desde la enseñanza se le puede reconocer una faceta importante que está en relación que ver con la decisión personal.
Cualquier ciudadano puede, con los nuevos medios, establecer sus necesidades de formación, planificarla según sus intereses y posibilidades, desarrollarla y adquirirla ajustandola a sus peculiaridades.
Junto a ello se nos presenta la posibilidad inversa. Alguien, que dispone de conocimientos, de información, los pone a disposición de la colectividad de forma altruista o como negocio.
En el primer caso, el "alumno" puede manifestar necesidades concretas de formación, tanto en el sentido de contenidos específicos, como de metodologías, organización o secuenciación y encontrar una respuesta acorde con la demanda y en base a las potencialidades de las N.T..
La segunda posibilidad se establece a partir de la existencia de sujetos concretos que disponen de un conocimiento específico, que puede ser de interés para algún grupo social.
Nos encontramos ante la clásica relación oferta-demanda pero en esta ocasión relacionada con la formación y a la que me referiré más adelante.
Esta posibilidad, si bien puede poner de manifiesto cuales son los contenidos que realmente interesan a la sociedad, permite igualmente marginar aquellos otros más profundos, que dan sentido y significado a la sociedad y dejando por tanto, en manos de las organizaciones o profesionales mas "flexibles" en sus estructuras, la transmisión de la información que determina la dirección de la sociedad en cada momento, pasando el resto a ser la "reserva espiritual" o la conciencia de esa misma sociedad, pero en cualquier caso quedando como algo marginal.
Tradicionalmente, la metodología ha tenido y tiene que ver con la características de los alumnos, los objetivos, los contenidos, el contexto, la disponibilidad de medios y recursos y las peculiaridades del profesor. Todas estas variables se han establecido y se contemplan fundamentalmente dentro de la enseñanza presencial, donde profesor y alumno comparten el mismo espacio y el mismo tiempo y siempre que el número de alumnos permita su toma en consideración de forma total.
Lo mas frecuente es que, por limitaciones impuestas por cuestiones externas al propio proceso, se haga imposible la contemplación de todas las posibilidades, siendo necesario establecer un criterio de prioridades metodológicas que son, en último caso, las que determinan el diseño final.
Frente a esta situación, la enseñanza a distancia ha dispuesto de metodologías, más o menos específicas, que han podido ser determinadas de forma casi única, dada las peculiaridades en la relación espaciotemporal entre profesor y alumno y el perfil de los alumnos.
La nueva situación comunicativa propiciada desde las N.T.C.I. transforma sensiblemente la tradicional enseñanza a distancia, dando entrada en ella a otros "alumnos", a otros contenidos, a otros objetivos y, por supuesto, a otras metodologías.
Ya me he referido más arriba a alguno de estos aspectos y ahora me interesaría incidir en los aspectos metodológicos.
Sería aconsejable comenzar por diferenciar entre enseñanza a distancia y teleenseñanza, entendida esta última como el sistema de enseñanza propiciado y soportado por las N.T.C.I.
En trabajos anteriores (MARTINEZ, F. 1.995) me he ocupado de ello ya que lo considero de relevancia para el tema que nos ocupa. Ya allí decía que la interacción en tiempo real se nos presentaba como el elemento diferenciador mas significativo.
SALINAS (1.994) al referirse a los sistemas de enseñanza que utiliza los satélites de comunicaciones para su desarrollo, los inscribe dentro del concepto de educación a distancia convencional, si bien a la hora de explicitar las características de estas acciones incorpora posibilidades, como por ejemplo la interacción en tiempo real, que nunca han podido ser una característica de estos sistemas de enseñanza por la limitación impuesta desde las tecnologías de la comunicación disponibles.
En estos momentos considero importante el diferenciar entre enseñanza a distancia convencional y tele enseñanza, tal como establecíe en el trabajo referido anteriormente, ya que los nuevos canales permiten la aparición de metodologías pedagogogicamente diferentes de las que se había podido dar en la enseñanza a distancia.
Lo dicho no significa la desaparición de la enseñanza a distancia convencional en aras de la generalización de la telenseñanza. Cada una de estas posibilidades puede y debe tener su lugar y su momento, ya que las necesidades curriculares, por coherencia pedagógica, no deben ser generalizables y mucho menos en un tipo de enseñanza donde el perfil del alumno, la naturaleza de los contenidos y los objetivos que se establecen son de los más diverso y por tanto la disponibilidad de diferentes sistemas permitirá una toma de decisiones más flexible y adaptada a cada situación.
El hecho de interactuar mediante redes conlleva la utilización de los códigos que corresponden a los nuevos canales y medios.
Creo que sería importante que partiésemos de la idea de que "Emisor y destinatario, no son meros polos, semánticamente neutros, de un continuum de información[[dieresis]]y añade, "En este sentido convendría concebir la comunicación más como transformación que como simple transferencia o transmisión de información." (LOZANO, 1.995).
Este hecho, que por supuesto no es algo nuevo y que he considerado oportuno recordar con la referencia utilizada por razones que veremos, era resuelto en la enseñanza presencial disponiendo de una información muy precisa del receptor e incluso, aunque un poco menor, de su proceso de decodificación o haciendo uso de la posibilidad de utilizar técnicas de evaluación, de forma casi permanente, para conocer su interpretación, este conocimiento decía, prácticamente desaparece en la enseñanza soportada por las N.T..
La decodificación, como apuntaba más arriba, se hace a distancia del emisor, en otro contexto y con otra cultura y disponiendo de una información y formación personal singular.
Dado que el proceso de enseñanza se hace a una cierta distancia física que no comunicativa, se accede a contenidos singulares, con ofertas actualizadas y metodologías acordes con los intereses personales, nos encontramos en una situación donde los procesos de decodificación están bajo el "control" exclusivo de los receptores, permite transformar los contenidos de manera diferenciada en base a la posibilidad y capacidad personal, favoreciendo, tal como decía anteriormente, un distanciamiento entre "alumnos" en función de las disponibilidades personales.
Estamos ante unos canales que, desde el punto de vista de la teleenseñanza, si bien transmiten información esta es transformada por los receptores en base a su preparación, su posibilidad de manejarse dentro del ciberespacio y de su cultura, alejando toda posibilidad de uniformización. La teleenseñanza se nos presenta así más como un medio de diferenciación intelectual que como un sistema de compensación.
Si admitimos todo lo dicho hasta este momento con relación a la teleenseñanza y a las N.T.C.I., fácilmente podremos concluir que, se hace necesario contemplar al profesor que ha de actuar dentro de este sistema de enseñanza, como un profesional diferente de aquellos otros que lo hacen dentro de los sistemas presenciales e incluso de los que lo hacen en los sistemas a distancia convencionales. Por ello hablo de teleprofesores en tanto en cuanto que profesionales de la enseñanza, que ejercen su profesión en el ciberespacio, moviéndose dentro de aulas virtuales que son definidas, más por la singularidad de los procesos de comunicación que en ellas se establecen, que superan las dimensiones físicas, temporales e incluso culturales de los procesos presenciales.
Moverse dentro de ese espacio comunicativo precisa del desarrollo de capacidades y habilidades que no son necesarias en las situaciones convencionales y, por el contrario, pueden ser eliminadas otras que eran imprescindibles.
Pero lo dicho para los profesores es igualmente obligado decirlo para los alumnos ya que, en el momento presente, estos proceden de sistemas de enseñanza presenciales o a lo sumo a distancia entendida en sentido convencional. Las capacidades y recursos desarrollados se corresponden con esas estrategias y, como en el caso del profesor, no están en consonancia con las nuevas necesidades.
Hay un aspecto de las redes en su relación con la enseñanza que quizá no haya sido aún suficientemente estudiado, al menos desde el entorno de la Pedagogía. Me refiero a lo que de negocio, de empresa hay en estos servicios.
Las redes, tal como he apuntado, permiten ofrecer un "producto" adaptado a las necesidades de posibles "clientes" que, con las ofertas educativas anteriores, no podían acceder a una formación profesional permanente.
Si existe algo que vender, si hay quien lo compre y existe la posibilidad de venderlo, hay negocio y por lo tanto habrá empresas que se dediquen a ello.
Disculpen el lenguaje mercantíl utilizado pero creo que expresa mejor el mensaje que contiene que si lo hubiese hecho con uno más académico.
La idea es la de contemplar, la enseñanza mediante redes, como negocio.
RADA, (1.995) Director General de The Environmental Partnership, Suiza, refiriendo a las redes en su relación con la enseñanza, dice:
"El impacto sobre las instituciones, incluida la Universidad, será enorme ya que -como en el caso del libro portátil y de las bibliotecas medievales- los fabricantes comerciales sustituirán parcialmente primero y luego competirán de forma completa con importantes segmentos del sistema educativo actual. También las telecomunicaciones constituirán aspectos de la educación fácilmente transportables, y la producción de cursos en forma electrónica hará que el sistema educativo esté sujeto a una mayor competencia nacional, pero también internacional El empleo de gráficos, imágenes y simulaciones reducirá al mínimo las diferencias en el lenguaje, como ya puede apreciarse actualmente mediante el software, accionado por iconos o en los juegos electrónicos.
En este contexto, la elaboración de los cursos o asignaturas probablemente costará millones y la rentabilidad únicamente podría conseguirse mediante la producción y la comercialización masivas. Por tanto, es más probable que sean producidos por una división de una empresa editorial o por nuevas empresas que por una Universidad aislada. Tendremos el caso de que productos educativos competirán con instituciones educativas.
Por consiguiente, es probable que se produzca una división mayor que en la actualidad entre la enseñanza y la investigación. La primera se hará más comercial y la segunda pasará a ser el núcleo de las universidades y de las instituciones de Enseñanza Superior."
La enseñanza se muestra ahora como una relación de oferta-demanda en la que empresas productoras de materiales, cursos, etc. compiten, comercialmente con ventaja, con las instituciones tradicionales que, por su propia estructura interna, son de movimientos más lentos y su adaptación a las nuevas posibilidades será forzosamente más tardía, pudiendo, en muchos casos, llegar demasiado tarde.
Pero junto a esta problemática institucional, se abre una nuva vía de profesionalización de los especialistas en el campo de la Pedagogía y más concretamente de la Didáctica. El diseño de programas y cursos, materiales y estrategias para la enseñanza por medio de las redes de comunicación, será, a muy corto plazo, un mercado con una demanda importante para estos profesionales del diseño didáctico.
Quisiera terminar recordando algo. Históricamente el concepto de poder ha ido cambiando. Desde el poder militar, religioso, político, económico, etc. se pasó a decir que quien tenía la información tenía el poder. Mas tarde se habló que lo importante era saber donde estaba la información y saber acceder a ella.
En estos momentos, las N.T.C.I. permiten establecer que para poseer el poder, lo importante, es estar en condiciones de participar en la creación, en el nacimiento de la información. Sólo en la medida en la que se esté implicado en ese proceso, podremos decir que pertenecemos a la comunidad científica actual y que como enseñantes transmitimos los contenidos que definen cada momento y eso sólo es posible en la medida en que seamos capaces de incorporarnos al nuevo "espacio" educativo.
LOZANO, J., 1.995, La semioesfera y la teoría de la cultura, Revista de Occidente, 170-171, 215-228.
MARTINEZ SANCHEZ, F., 1.995. Los nuevos canales de la comunicación en la enseñanza, en CABERO, J. Y MARTINEZ, F. Nuevos canales de comunicación y enseñanza, Centro de Estudios Ramón Areces, S.A., Madrid. 11-32.
MONEO, Jesús, 1.995, En la transición hacia un dominio del cambio tecnológico, en Aprender para el futuro: Aprendizaje y vida activa, Santillana, 89-92.
RADA, Juan F., 1995,El impacto de la ciencia y la tecnología en Aprender para el futuro: Aprendizaje y vida activa, Santillana, 77-80.
SALINAS IBAÑEZ, J., 1.994, Educación a distancia basada en satélites: experiencias y perspectivas, en Blazquez, Cabero y Loscertales, En memoria de José Manuel López Arenas, Alfar, 55-63
WOLF, M., 1.995, Nuevos medios y vínculos sociales, Revista de Occidente, 170-171, 98-105.
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